La venida
del Espíritu Santo, Solemnidad de Pentecostés, es una de
las grandes fiestas para la Iglesia Católica, en este día, el Espíritu
Santo vino sobre la Iglesia de una forma muy especial, trayendo una esperanza
renovada y fuerza para el anuncio del Evangelio.
Pentecostés marca el final del tiempo de Pascua, en él, los católicos celebramos la llegada del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, que dio origen al nacimiento de la Iglesia.
El libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra cómo fue el episodio de la llegada del Espíritu Santo:
“De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse” (Hechos 2,2-4)
Veamos este video: pincha en la imagen
La Aparición del Espíritu Santo estuvo marcada por dos grandes prodigios que hicieron llenar de temor a los Apóstoles: el viento y el fuego
El Fuego: siempre fue tenido como símbolo de
purificación, de calor y de luz. Purifica e ilumina. En las Sagradas
Escrituras, los símbolos de “Viento” y “Fuego” se utilizan para señalar la
presencia de Dios, porque estos elementos tienen una fuerza irresistible.
El
Viento: empuja, refresca, da vida, siempre dinámico, invisible, pero
actuando. Es una de las fuerzas de Dios que obra en nuestra salvación.
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