sábado, 22 de marzo de 2025

¡A parar y reparar! 3 DOMINGO

Escuchemos la canción que nos acompaña este tiempo de Cuaresma : 

                                       (pincha en la imagen) 👇


    En este Domingo III de  Cuaresma el evangelio nos presenta a Jesús hablando con sus discípulos e invitándoles a cambiar su corazón.
                              "Si no os convertís todos pereceréis"

Convertirse es descubrir en Cristo un nuevo rostro de Dios

    En tiempo de Jesús era normal considerar los males del mundo como “castigos de Dios”. Jesús se opone radicalmente a esta manera de concebir la religión.
El Dios manifestado en Jesús no es un Dios que castiga, sino que ama y se mete dentro del dolor humano para ayudarnos.

Veamos este video del Evangelio de Lc 13, 1-9

Tras escuchar  y ver! la Palabra de Dios, 
llega el tercer ángel-mecánico para ayudarnos a entender este Evangelio.

¡Ahí va!


¿Os animáis a teatralizar este evangelio? 🙋6 voluntarios🙋

Niño 1: Maestro, tú hablas siempre de amor, pero creo que nadie te escucha por ahí fuera.

Niño 2: Es verdad, Jesús; los romanos odian a los judíos y los judíos a los romanos; los galileos no pueden ver a los samaritanos, y los samaritanos les devuelven el favor.

Niño 3: ¡Pero si hasta la gente que parece más religiosa se odia a muerte! Sólo tenéis que fijaros en los fariseos, saduceos y herodianos. ¡Menudo ejemplo nos dan!

Niño 1: Me temo, amigos, que las cosas no han cambiado mucho desde entonces. (Despliega un periódico y lee algunas noticias)

Niño 2: ¡Impresionante! Odio y muerte por todas partes. Y no termina.

Niño 3: ¡Maestro, maestro, Pilato ha mandado degollar a un grupo de galileos!

Niño 1: ¡Es verdad, Jesús! Estaban ofreciendo el sacrificio de la tarde, llegaron los soldados y… ¡zas! les cortaron el cuello.

Niño 2: ¡Dios les ha castigado por sus pecados!

Niño 3: No puede ser, estaban ofreciéndole un sacrificio en el templo.

Niño 1: Pues estarán pagando la culpa de sus padres.

Jesús: ¿Pensáis que los galileos son más malos que nadie porque acabaron así?

Niño 2: ¡Claro! ¡Por supuesto!

Jesús: ¡Pues no, estáis equivocados y es preciso que cambiéis de actitud!

Niño 3: Y aquellos 18 que murieron aplastados por la torre de Siloé… ¿tampoco habían hecho nada malo?

Jesús: No eran peores que los demás. Todos debéis convertiros y mejorar en algo…

¡o en mucho! Nadie es perfecto. Os lo explicaré con una parábola. Escuchad:

Un hombre tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.

Amo: Amigo, te encargué que cuidaras mi viña y también la higuera.

Viñador: Eso hago, Señor.

Amo: Ya lo sé, pero llevo tres años viniendo a buscar fruto y nunca encuentro. Así que creo que debes cortar la higuera, pues no sirve para nada.

Viñador: Señor, déjala todavía este año. Yo cavaré alrededor y le echaré abono a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré.

Jesús: ¿Entendéis lo que quiero decir? 


¡Esforzaos por dar frutos de buenas obras, ahora que
todavía estáis a tiempo!




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